Un año antes ya se sentía mal el uno como número simple, la mayor parte de esos nuevos meses se pasaron pensando, en todo, en todo... no quedaba más que desistir y volver a ese sitio, dejarse tragar por el medio, realizar las funciones "normales", más que todo comunes, el de besar pies y dejarse flagelar la espalda, tal como los católicos pensaban (y/o piensan) y en Sucre tenían ese cuarto para pegarse y así tener consentimiento de su mayor... si bien el auto volcó, una noche antes se escribía al respecto, asustó, si, pero al escuchar lo que decían, daba bronca. De todas formas el dinamitazo en la mina abría nuevos pensamientos en Potosí... confusión, frustración.
Aquí las cosas ya se tornaban claras, de pronto vi un concierto, me llamaba mucho la atención, debía ir. En el paso de hacer hora (como siempre) de alguna forma me impulsó ir ahí antes, topándome con algo muy bello y hablando/sacando toda esa bola, ese peso, correspondiendo mis palabras y aclarándome/enseñándome otras, estaba tranquilo, lo estaba... si bien después las cosas empeoraron, la reacción podría haber sido más dura después de todo, y eso que lo fue, no al nivel del frente, pero talvez por esa canción es que no fue más, tanto más.

Y cada contacto, siempre fue especial... cada uno de ellos. Muchos detalles no adjuntados aqui, desglose de las cosas que debería, el privilegio grande, la forma de el transcurso, los intervalos, un instrumento unificador, discos (fueron 2), conciertos, manilla, postal, vaso y parte de un plato, nuevo año y dentro de un mes nuevamente nuevo y tres días.
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