La primera vez que me topé con una imagen sobre el juego, en realidad era del anime, fue en una Club Nintendo…
Recuerdo que ya leí un artículo antes en dicha revista, donde hablaban de un videojuego que estaba causando sensación en Japón, dicho juego se trataba de criar animalitos –pero no reales, sino los típicos diseños japoneses-, y eso me sonaba a Tamagotchi, y recuerdo que en ese entonces yo estaba gustoso con lo del Tamagotchi, tanto que me compré el original y luego ya me desilusioné un poco porque comenzaron a salir copias baratas de este y todo el mundo se hacía el importante porque sabía de los Tamagotchis, se volvió tan en boga, pero en realidad no hablaban de los Tamagotchis, sino de las mascotas truchas virtuales… en fin. Entonces al relacionarse y escuchar que tanto fanatismo había allá (en Japón) por esto de las mascotas virtuales, pues me llamaba mucho la atención.
Fue recién, creo, que en otra revista siguiente, hicieron un reportaje del juego en si, dicho juego se llamaba PocketMonster, que era algo así como “Monstruos de Bolsillo”, entonces yo lo seguía relacionando como algo mucho más avanzado y complejo que Tamagotchi, y de paso veo las imágenes del anime, ya que como el juego es tan famoso allá, pues le hicieron su propio anime… y con ello ya estaba mucho más ansioso de saber qué era eso de “Pocket Monster”, lastimosamente los de la revista no sabían si el juego llegaría a America...
Para no hacer larga la historia, simplemente un día común y corriente, en el canal Cartoon Network, dijeron que darían este nuevo “dibujo” llamado “Pokémon”… Cuando vi la propaganda quedé impaciente por el estreno, “¡era la serie de ese videojuego que tanto quise jugar!”.
Recuerdo que dicho día lo esperé, y si mal no estoy la presentación fue a las 3 de la tarde. Como no tenía cable, todo lo veía en la casa de mi prima Krups, como básicamente vivía ahí, ya que iba todos los días, pues era como tener cable.
Así vi el primer capítulo, y desde la canción, me gustó… jodida canción que no podía parar de cantar en el colegio.
Había pasado tanto tiempo desde que leí aquel artículo en la Club Nintendo y la serie honestamente me cautivó, no entendí muy bien al comienzo, porque lo que quería era imaginar cómo era el juego, pero, al poco, vendito sean los roms, no recuerdo quien fue el que los consiguió, tal vez los bajé porque da la casualidad que justo por aquel tiempo nos pusieron Internet y el rom era lo único que podía bajar (porque claro, mi conexión era un desastre y el rom no ocupaba nada)… Ah! Lo recuerdo, porque lo bajé y yo pensaba que había que hacerle doble click para que funcione, pero no quería abrir, buscando por Internet, también, me di cuenta que se necesita una cosa llamada “emulador” y que con ello recién el “rom” funcionaría...
Me bajé varios emuladores y el SMGB o algo así fue el que me funcionó de maravilla y se pudo correr la versión roja de Pokémon, que ahora se llamaba así de la abreviación sobre “POcKEt MONster”
Al comienzo, la típica, que quieres atrapar el Pokemon del contrincante y ese tipo de cosas… Pero luego se toma totalmente el hilo del juego y la historia y obviamente no puedes parar de jugar… Este juego es muy adictivo.
Hay una anécdota graciosa…
Justo por ese tiempo que andábamos fanáticos del juego en el colegio, a mi padre se le da una beca (o algo así) que de tal forma debía ir a EE.UU. De paso, en ese tiempo sacaron la versión “Amarilla” que era la versión semejante a la serie de TV, en la cual manejabas a Pikachu y te enfrentabas a los dos personajes más famosos del equipo Rocket: Jessie y James.
Entonces, la cosa es que le rogué a mi padre que me comprara un GameBoy y el dichoso juego.
Mientras le carteaba, un día me dice que lo compró y que llegaba en dos días, una cosa así.
Ansioso de su retorno, el día que llegua lo primero que hago es esperar a que me muestre el juego… y… efectivamente me lo compró!!!... pero… efectivamente solo trajo el juego, no había donde colocar ese juego, no me lo había comprado el Gameboy… Le dije, “gracias! Pero donde está el gameboy?” y no sabía contestarme, veo esa expresión típica de la persona que no entiende lo que se le está hablando… entonces me adelanto a decirle: “Tu sabes que este es un cartucho que necesita de un sistema para funcionar, porque así solo no va… es como un cassette que necesita una radio para sonar…”
Simplemente se rió y me dijo que no sabía y que pensaba que yo ya tenía un gameboy…
No podía hacer nada, simplemente contemplar la caja y leer su folletito… tampoco tenía la plata para comprarme un gameboy y en mi casa tampoco pensaban regalarme uno…
Tuve que vender el juego, el buen Mau me lo compró… pero era que no lo venda, porque igual luego el lo perdió e igual luego cuando finalmente pude comprarme un gameboy advance y me volví a comprar el juego.
Hay varias anécdotas sobre la fiebre Pokemon, pero una que se recuerda con cariño es la del Pikachu de mi primo Ale, que el chango se encariño tanto que no se desprendía de él, era como la mantita de… agh! Se me fue el nombre… aquel personaje de Snoppy que siempre iba con su mantita y que obviamente uno pensaba que esa manta debería apestar a rayos y estar totalmente sucia y destruida… Así llegó a estar el Pikachu de mi primo, hasta el ojo le tuvo que cambiar mi tia, porque su ojo original se rompió, mi tía le cosió uno nuevo. Es que era un Pikachu pero modelo de la primera tanda del videojuego, donde parecía más una rata eléctrica y no ya del tipo anime, donde aparecía parado y tenía todos esos rasgos, que como una japonesita diría: “kawai”.
Yo me compré incluso el Pikachu que camina, ese que era como un minigameboy y que te lo tenías que poner en tu pantalón o cinturón y te contaba los pasos que dabas… obviamente había un final, cuando llegabas a los nosecuantos pasos, pero era divertido porque podías jugar con el Pikachu… varias ganas de comprarle pila para que funcione me entró ganas a comienzo de año, pero a este paso creo que ya no.
Estoy comenzando a escribir totalmente desfasado e incoherente, supongo que las ideas vienen más la expresión no cumple su cometido de comunicar, por ello me quedo aquí y más bien me voy a continuar la partida de la versión “Rojo-Fuego” que no fue hasta ahora que la pude jugar. Asares del destino o lo que sea, antes no podía hacerlo, por “x” o “z” razón, aunque traté no lo logré, ahora si, ya voy por 65 pokémons atrapados y acabo de pasar el edificio de la SILPH S.A. Tengo que irme a enfrentar a Sabrina.
Espero que lo hayan disfrutado, chau.
pd1: Me acabo de dar cuenta que esta es la entrada número 101 de este blog... haber si llego a los 150...
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