Víspera de una fecha a la que habrá que esperar 100 años para que vuelva a ocurrir… por tanto una trancadera que hizo el viaje aún más largo, como una hora y algo más largo.
Renegar si, malditos choferes que creen que nos pueden abusar tan fácilmente, son unos desgras y muy abusivos, se joden, porque nunca más utilizaré (y nadie de mi familia lo hará), sus servicios.
Llegando a la terminal un saludo a Marcelo y luego ir directo a preguntar pasaje a flota Copacabana… bien, dice 25 Bs. pero en bus normal… Lo peor de esta clase de bus es que para un viaje de 8 horas, las rodillas te las destroza.
A usar barbijo se dijo… pero por reír y joder al resto, porque bien se sabe que el barbijo no te hace inmune a la enfermedad, que incautos son los de los canales 11 y 2… en realidad son unos boludos en todo… para qué mierda los menciono? Ganas de renegar…
El viaje realmente se hizo largo… ya llegamos a ¿Quillacollo? Bueno, escribir a Marcos porque es las 2 de la mañana y es mejor que nos vayamos a un hotel que molestarlos (a ellos)… Llama Marcos y dice que no hay problema que nos están esperando en la casa y que están mandando un radiotaxi para recogernos, que para más detalles hable con Carlos quien es el que nos hospedará…
Muy agradecidos… entonces lavarse la boca y alistar el sleeping… pinche R2 que te quedaste con la cama esa noche… El cansancio no mide e inmediatamente se duerme… Se despierta “ah! ¿Qué es este dolor?... el piso es bastante duro… hace frío también” y se vuelve a dormir… luego, lo mismo… más tarde, también… finalmente el frío puede más y hace que el sujeto se levante por completo, ni cubrirse con su chamarra pudo suavizar la sensación… Hora: 8 de la mañana.
Alistarse y mantenerse con la sensación... un desastre, se es un zombie.
Se va a conocer al resto del gran equipo y además del lugar… “comamos algo tal vez”.
Como dice el Marcos “El prado es muy nice”, bastante realmente, pero aún así la comida en cualquier lugar es buena.
… Luego de comer el malestar y cansancio continúa, solo cesó ese momento, entonces se pide que nos devuelvan al cuarto oscuro, donde no se sabe si las horas pasan por si es de día o de noche.
Se duerme, se descanza. Se despierta y Chris unos minutos después justamente llega. Nos vamos al lugar.
Pasear un poco y esperar al momento… Realmente se tiene un molestar que no logra pasar… igual se necesita comer. Luego se lo hace y directamente se van de nuevo al cuarto oscuro, esta vez acompañados del 3 integrante quien hizo todo un drama de llegar y de dormir… acabó junto con sus compañeros.
Y dormir y dormir y dormir hasta que el cuerpo se recuperó y al parecer realmente necesitaba reposar y comer.
Ya era medio día así que ¿Para qué tomar desayuno? Vamos a comer!.
Dicen las leyendas que existe una chichería llamada “Chernobyl” que está hecha para matar.
Después de tratar de tantear una posibilidad de quedarse una noche más, pero esta vez en un hotel, para no seguir molestando… hay uno bueno con cable, baño privado y buen lugar a 45 la noche… se caminó bastante para encontrar sin embargo (eso de ir a pie…) pero se aprovechó de pasear… aunque hacía hambre. “Ya tomemos ese micro que dice Quillacollo, ahí está el Chernobyl”.
Una vez en Quillacollo había que tomar otra movilidad ya que el local quedaba todavía más adentro.
... y se llegó y se comió y se bebió a gusto. No quedan palabras de lo bueno del lugar, de estar a las afueras de la ciudad, la verdadera Cochabamba está ahí, el centro es bonito pero puede ser cualquier prado, las afueras son lo mejor (aún).
A la vuelta ya no se podía acceder al Corcovado… ni modo, nos fuimos al Cine Center, con máquinas originales de Star Wars Pinball, Las Tortugas Pinball (de la película 1)!!!, Guitar Freaks! y F-Zero para arcade por demás bueno.
Así, luego se decidió volver porque quedarse por una mañana más no valía la pena, queda mucho por conocer así que se tiene que volver con más tiempo.
La vuelta en bus semi-cama a 50 en Copacabana, tal vez se podría conseguir la próxima en Bolivar ya que sus buses son mucho más cómodos, supuestamente, pero el pasaje estaba a 90… muy caro.
Así, se volvió a la fría La Paz y se festejó su bicentenario afuera.
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