Ya en casa, esfuerzo, poner de mi parte, tratar de independizarme... La inutilidad es tal que no puedo hacerlo solo, necesito ayuda.
El acomodo de almohadas es vital, eso hace sentir muy bien y puedo mirar televisión sin molestias.
De comer ni hablamos, por más hambre que tengo, todo debe ser aguado, no debo comer nada en lo que haga trabajar a mi estómago haciendo que triture la comida.
Puedo pararme y todo, aunque molesta y duele un poco, lo peor es que no se puede reír, en lo absoluto. La risa en momentos así, mata.
Me doy cuenta que trato constantemente reír. Si se por qué.
Pero dependo de ayuda. Mi padre se portó muy bien conmigo, sin su ayuda, no hubiera podido hacer nada.
Me desesperaba, el doctor me había dicho que podía ir incluso a clases, pero tuvieron que pasar 4 días para que me sienta mejor (hasta el jueves de esa semana).
El gran problema de salir, no radicaba en mi, sino en la ciudad... y es que esta ciudad no tiene consideración de las personas enfermas. Subir a la movilidad era mi mayor miedo... esquivar a la gente, hacerme campo, ir hasta atrás del minibus y de paso cerrar la puerta dura, luego bajar, subir los asientos, pagarle al chofer y cerrar la puerta... y aunque me fuera en trufi, la incomodidad de este es peor, ir totalmente apretados con las personas y debía cuidar mi herida ya que continuaba con el parche y las grapas. Dichas grapas recién me iban a ser removidas el lunes siguiente.
Pero me armé de valor y fui a pasar clases. Efectivamente subir al trufi, sacar las monedas y bajar, toda una odisea. Luego, La Paz con tanta subida, todo un calvario, hay que señalar que como no estuve comiendo cosas solidas, mi energía no era del todo buena, me cansaba mucho y agitaba de igual manera.
Me di cuenta que no podía hacerme al "macho" todavía. Por suerte ya era fin de semana nuevamente.
En el tiempo que estuve en casa, me dedicaba a ver TV, vi Saint Seiya en el canal peruano, ponía videos, vi casi todo Tsubasa, estudiaba utilizando solo los textos y cuando trataba de estar sentado jugaba Zelda de NES. Pero me cansaba muy rápido, no podía estar sentado por mucho tiempo sin que mi espalda me comience a doler... Es interesante cómo el dolor de espalda es lo que más me afectó, no así la herida y/o la falta de apéndice.
Bueno, el estudio había avanzado demasiado, las lecciones eran muchas y el examen sería el miércoles.
Ah!, pero antes... el viernes, o era lunes?, en la mañana fui a la reunión del conser, fue gracioso estar así ahí y los demás preguntándome si estoy bien, porque obviamente se me veía raro caminando así como lo hacía.
No sé qué día era la dichosa reunión.
La cosa es que o bien el lunes o bien el martes, me levanté temprano y me alisté para ir a clases, estaba esperando movilidad y caminando también para encontrarla... cuando, me puse muy mal, tuve que regresar apenas a casa.
Resulta que justo una noche antes comencé a comer sólidos nuevamente y eso hizo que mi estómago no lo asimilara bien aún.
Tuve que volver a la cama y las grapas me fueron quitadas recién el miércoles, ya que el doc no podía antes.
De ahí se me aconsejó que no debo hacer esfuerzos por una semana más y evitar, obviamente, cosas picantes, todo lo demás tendría que volver a la normalidad.
Pues así fue, ya me cansé de recordar, claro está que omití las partes donde nos portamos mal, pero es que yo ya me sentía bien, el problema era que mi cuerpo no tenía la fuerza suficiente.
El problema de mis queloides hizo que se quedara una cicatriz con relieve.
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